El fallecimiento del papa Francisco reflotó la admiración de fieles católicos y no fieles por su persona, y trajo al presente un sinfín de recuerdos de su paso por este mundo. María Teresa, una de sus cuñadas, compartió el dolor por su partida y rememoró sus anécdotas con el Sumo Pontífice, al tiempo que se lamentó: “No esperábamos este desenlace tan pronto”.
Durante una entrevista en la puerta de su casa, en el barrio porteño de Flores, María Teresa relató que en la semana previa había visto al Papa en un video en el que se lo notaba “animado y con buena cara”. Sin embargo, notó un cambio repentino durante su última aparición pública: “El domingo lo vi débil. Cuando dio la bendición Urbi et Orbi apenas podía hablar y levantar la mano. Lo que menos me imaginé es que al día siguiente, cuando prendí la radio a las 5 de la mañana, iba a escuchar que había fallecido”.
A pesar de que el Papa tenía 88 años y había atravesado largas internaciones y cirugías, la mujer confesó que la noticia la sorprendió profundamente: “En una persona mayor es complicado, pero no esperábamos este desenlace tan pronto”.
La mujer, que estuvo que estuvo casada con uno de los hermanos fallecidos del Sumo Pontífice, aprovechó la ocasión para compartir varias vivencias, anécdotas y charlas que mantuvieron durante casi seis décadas de ser familiares.
“Recuerdo todo. Hace 58 años que lo conocí. Nos casó el 13 de marzo de 1970. En diciembre de ese año él había sido ungido como sacerdote. Después se fue a estudiar a Italia, Alemania y España”, contó en diálogo con el canal C5N.
Con la voz entrecortada, entre risas y lágrimas, recordó el sentido del humor de quien ella conoció como Jorge Bergoglio: “Era muy chistoso, hacía bromas, decía palabrotas”, comentó.
Su último encuentro con Francisco fue un 11 de febrero, durante la festividad de Nuestra Señora de Lourdes. “Le dije ‘cuando vuelvas, bautizás a Renata’, que es mi nieta más chica y ahora ya cumple 13 años. Me dijo que sí, que preparáramos todo, pero no volvió más y yo no viajé a Roma. Nos comunicamos por teléfono”, recordó y agregó: “El 28 es mi cumpleaños y ya no voy a tener su llamado”.
“Estoy mal porque lo quiero mucho, lo voy a extrañar. Lo recordaremos siempre con cariño y amor”, expresó emocionada. Y concluyó con una reflexión sobre el legado de su cuñado: “Marcó un camino, como Jesucristo. Espero que el nuevo Papa continúe ese camino abierto por Jorge. Lo quiero, lo admiro y espero que su legado sea para siempre, un ejemplo para curas, hombres y mujeres”.
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