Apenas el 24 de julio de 2024 se anunció la creación de Bentia Energy, la nueva operadora petrolera surgida para competir en la adquisición de campos maduros de YPF en la provincia de Neuquén, como parte del Proyecto Andes. Sus fundadores eran el exministro de Energía Javier Iguacel, junto con el entonces jefe de Gabinete de la cartera, Lucas Logaldo, y el empresario Lisandro Garmendia de TB Cargo.
Y a pesar de la corta historia, Bentia acaba de lograr por parte del Gobierno de Neuquén la autorización para la adquisición de cuatro campos maduros en la cuenca Neuquina hasta hoy operados por la compañía de mayoría accionaria estatal que busca desinvertir en hidrocarburos convencionales para enfocarse plenamente en Vaca Muerta.
Iguacel, quien se desempeñó como ministro de Energía bajo la gestión de Mauricio Macri, tiene una vasta experiencia el sector petrolero con varios años trabajando en YPF hasta la privatización, luego en Pecom hasta la venta de activos a Petrobras y posteriormente llegó a la vicepresidencia de Pluspetrol.
Tras la experiencia como intendente de Capitán Sarmiento (2019-2023), decidió unirse a Logaldo y Garmendia para formar Bentia Energy a mediados de 2024, para luego firmar un acuerdo con SIMA Investment, una subsidiaria de Ingeniería SIMA, liderada por Diego Manfio, uno de los mayores proveedores de servicios petroleros en la cuenca Neuquina.
Estos campos, aunque no son tan prolíficos como las reservas no convencionales de Vaca Muerta, representan una oportunidad significativa para extraer valor a través de técnicas avanzadas de recuperación mejorada y una gestión eficiente de los recursos.
TB Cargo es una empresa argentina con una presencia en nueve países y 50 años de trayectoria en logística. Recientemente, expandió sus operaciones al sector del litio y sigue siendo un proveedor clave de insumos y servicios para las industrias energéticas y mineras.
Ingeniería SIMA, por su parte, es una empresa neuquina con más de 800 empleados y 40 años en el mercado, especializada en ingeniería, construcción, operación y mantenimiento de campos petroleros y gasíferos.
Bentia Energy y una segunda vida al convencional
El expertise de cada socio permitirá a Bentia Energy operar los campos maduros y aprovechar con el conocimiento técnico de SIMA en mantenimiento e infraestructura y de otros socios locales, con un plan de inversión de u$s45 millones por los próximos dos años, pero en paralelo comenzar la exploración con objetivo Vaca Muerta.
El plan de trabajo para el Clúster Neuquén Norte que Bentia Energy adquirió a YPF incluye las áreas Señal Cerro Bayo, Volcán Auca Mahuida, Don Ruiz y Las Manadas, incluye una primera etapa inmediata en la que se buscará metas de eficiencia operativa y ahorro de costos que implica cambios en la manera de producir en los yacimientos.
Pero el esfuerzo por revertir la curva de declino de los campos maduros contempla una segunda etapa que consitirá en hacer reparaciones y reactivaciones de pozos con la nueva modalidad de trabajo, con la idea de que pasen a ser viables económicamente, justificando el cambio de manos de un big player como YPF a una compañía naciente con otra flexibilidad de operaciones.
Ese desarrollo convencional incluirá la perforación de pozos exploratorios convencionales en la zona de Volcán Auca Mahuida y en Las Manadas, áreas de reserva difícil pero que permitiría producir en un flanco que tiene su dificultad geológica. Todo el proceso demandará la millonaria inversión para realizar 24 pozos de reparación, 11 nuevos pozos y cuatro exploratorios, en un plazo de tres años.
La petrolera de Iguacel también espera contar en breve con la aprobación de la provincia para hacerse cargo formalmente de las tres áreas de gas y petróleo que integran la concesión del Clúster Neuquén Sur, que también forma parte del Plan Andes de YPF, por la que sumará tres bloques convencionales en la zona de Plaza Huincul.
Este enfoque permite a nuevas empresas entrar en el mercado petrolero y revitalizar campos que de otro modo podrían haber quedado subexplotados.
La apuesta de Javier Iguacel a Vaca Muerta
El Proyecto Andes de YPF, que facilita la transferencia de campos maduros, refleja una tendencia más amplia en la industria petrolera de Argentina, por la cual las empresas están revaluando sus carteras de activos y enfocándose en áreas con mayor potencial de crecimiento, como Vaca Muerta.
Y precisamente, los planes de Bentia no terminan en los campos maduros, sino que una tercera fase de trabajo comprometida con la provincia incluye la exploración no convencional, que por su complejidad técnica para la producción deberá pasar la prueba de la viabilidad económica.
La presencia de fallas que no se registran en otras áreas de alta productividad de la cuenca son un desafío geológico a resolver a través de pozos piloto, los que de resultar positivos permitirán en no mucho más de dos años desplegar un nuevo plan de inversiones para la producción de shale.
La conformación de la formación ya demostró que Vaca Muerta es más extensa que los 30.000 kilómetros cuadrados con que se la identificó inicialmente, y el trabajo de distintas operadoras está extendiendo sus límites a regiones como el sur de Mendoza o el oeste de Rio Negro, donde ya hay resultados de éxito.
Esta sinergia también empieza de diluir los límites entre un tipo y otro de formación, ya que se conocen varios casos en los cuales el plan de desarrollo de los campos maduros incluyen aplicar tecnología de Vaca Muerta al convencional con pozos horizontales de larga extensión.