Desde el lunes 30 de junio de 2025, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) está siendo escenario del comienzo de un invierno que promete ser muy crudo. De hecho, según informó el portal especializado Meteored, en el día de ayer, martes 1 de julio de 2025, en la ciudad de Buenos Aires, el termómetro marcó una mínima cercana a -1°C. Pero lo más llamativo y preocupante fue la máxima de 5,6°C que se convirtió en la segunda más baja en lo que va del siglo y en la sexta desde el año 1906.
El histórico e inesperado registro de 5,6°C como máxima diaria sorprendió a propios y ajenos, y, a pesar de no alcanzar el récord absoluto, la ola de frío polar dejó helada la historia meteorológica reciente, haciendo que el frío se convirtiera en el tema de conversación y de mayor interés del momento no solo en la Ciudad de Buenos Aires sino en, prácticamente, toda la Argentina.
Ola de frío polar: pronóstico alentador
Por suerte, para los que más sufren el frío hay muy buenas noticias en el horizonte, ya que, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), a partir de mañana, jueves 3 de julio de 2025, el mercurio comenzará a subir de a poquito, ya que se esperan mínimas de 4°C y máximas de 13°C, gracias al ingreso de viento norte. Por su parte, el sábado traerá una tregua, y el domingo, se anticipa como el más amable de toda la presente semana, con un mínima de 8 ªC y una máxima que trepará a los 17 ªC.
Estos datos, más que curiosos, traen también recomendaciones importantes: cuidar a los grupos más vulnerables, abrigarse bien y evitar exposiciones innecesarias. «El Servicio Meteorológico Nacional recuerda que el frío extremo puede afectar la salud, en especial en personas mayores, niños y quienes tienen afecciones crónicas», señalaron los especialistas.
Más que obedientes a esa consigna, al momento de salir a la calle, los porteños intentan combatir y resistir el frío con bufandas, gorras, pulóveres, camperas y medias de lana, ya que, si bien la ola polar no rompió todos los récords, congeló las narices de todos los porteños que no ven la hora de que se termine este invierno que, paradójicamente, recién está comenzando y se está haciendo sentir con mucha fuerza.