InicioPolíticaUn perturbado Milei evitó hablar del escándalo de las coimas

Un perturbado Milei evitó hablar del escándalo de las coimas

El día que estalló todo, con todos los medios hablando de las coimas de Karina y el maletín de Spagnuolo, Javier Milei entró a la Bolsa de Comercio de Rosario a hacer una disertación técnica y evitó hablar del escándalo que sacude al gobierno. 

Se puso a hablar del valor dinero, de la economía de trueque, del ganado como primera mercancía de intercambio cuando el hombre era nómade, del trigo posteriormente al volverse sedentario y del dinero que se usa en las cárceles que son los cigarrillos.

Los que escuchaban sentados en el colmado auditorio Belgrano de la Bolsa de Rosario no podían moverse. Los que estaban en el recinto de corredores bursátiles donde hay pantallas gigantes sí podían hacerlo y hablaban como en un aeropuerto completamente al margen de un discurso sobre el overshooting, de la economía de dos períodos y de los gráficos sobre fórmulas dibujados a las espaldas del presidente.

Antes de la llegada de Milei los políticos santafesinos, los convencionales que reforman la Constitución en la provincia, los miembros de la Corte Suprema, los concejales y algunos empresarios especulaban sobre qué demonios iría a decir el jefe del Estado el día que no había tema más allá de lo que, según el audio captado a un reciente ex funcionario, son los retornos que cobran en el gobierno de empresas farmacéuticas.

El que lo hizo con bastante elocuencia fue el gobernador Maximiliano Pullaro cuando los periodistas lo abordaron al llegar a la Bolsa donde sería anfitrión. Se diferenció de entrada, como suele hacer, del gobierno nacional, con un matiz resaltado con escasa inocencia. «Se puede hacer obra pública. Y se puede hacer sin corrupción», dijo.

Con toda la elegancia que pudo, que no fue excesiva, el santafesino metió el dedo en la llaga al hablar de cómo Santa Fe había dado una pelea contra el gasto público. «Ahorramos 120 mil millones con compras centralizadas de medicamentos, por los que estamos pagando el 80 por ciento menos que lo que sale la venta al público».

La llegada de Milei fue dos horas después de un operativo de seguridad extremo con cierre de toda la manzana y calles a 200 metros, con cámaras y escáner para entrar a la Bolsa, con control de pertenencias desde un vehículo con equipos láser de la PSA. Se anunció que el presidente hablaría y se iría sin tomar contacto con nadie. Ceremonial de Presidencia pidió como requisito luces bajas en el auditorio.

A la media hora de discurso económico cerrado Milei celebró al Toto Caputo que llegó con él. «Llevamos cinco trimestres con la economía expandiéndose y con el pico de consumo. En el medio pasaron cosas. La recuperación de la actividad hace que hayan subido de manera continua los salarios reales. Sacamos de la pobreza a 11 millones de personas. Las ideas de la libertad han funcionado. Nuestro ajuste fiscal es expansivo», dijo.

Pareció preocupado aludiendo a lo que produciría en la economía en octubre un resultado adverso en septiembre. «Nosotros a diferencia de la política tradicional decidimos romper el ciclo político de la economía. Mayor ortodoxia fiscal y mayor ortodoxia monetaria. Teniendo a los kukas enfrente es cierto que va a haber ruido subiendo las tasas. Frente a un año electoral los inversores no quieren invertir hasta que de despeje el horizonte. Lo que es lógico. Si los argentinos quieren volver al populismo salvaje está bien, si eligen suicidarse lo elige. Pero también pueden abrazar las ideas de la libertad y vamos a recuperar la tasa de interés. Hoy está en nuestras manos el futuro. Los argentinos de bien le vamos a ganar a los degenerados, a los sodomitas del capital».

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