Arriba de una montaña rusa, así fue la noche de Luka Modric. El fútbol iba a jugarle un amago increíble a la leyenda de Croacia. Es que, en un minuto, el capitán pateó vivió todas las emociones: pateó mal un penal y se lo atajó Donnarumma. Pero la jugada siguió, Croacia recuperó la pelota y atacó. Un envío al área provocó una tapada del arquero, que dejó corto el rebote. Y quién apareció…
La cosa fue así: corría el minuto 53 cuando la leyenda croata se preparaba para ejecutar un penal: el crack del Real Madrid sacó un tibio remate que no logró engañar al arquero italiano Donnarumma que terminó tapando el disparo. Pero la cosa no quedó ahí.
Un minuto más tarde del penal fallado, los dirigidos por Zlatko Dalic presionaron, robaron el balón, abrieron hacia la derecha para que Luka Sucic, envíe un centro al medio del área y, tras un rebote corto y al medio del arquero italiano, Modric supere al arquero de Italia con un zurdazo fuerte -ahora sí- y bien alto arriba. La red inflada desató la locura del nacido en la ciudad croata de Zadar.
Con este gol, el mediocampista del Real Madrid se convierte en el jugador más veterano en convertir un gol en la historia de la Eurocopa, con 38 años.
Era la clasificación de Croacia a la próxima ronda, pero cuando se jugaban 8 minutos de tiempo adicionado al suplementario Zaccagni recibió por izquierda, abrió el pie y clavó la pelota al ángulo para igualar las acciones y meter a la Azzurra en la próxima ronda.
En un verdadero partidazo, cambiante y electrizante, Croacia pasó de la alegría a sacar cuentas. Necesita de un milagro para pasar de ronda como uno de los mejores terceros: que Inglaterra le gane 4-0 a Eslovenia y Dinamarca a Serbia por cualquier resultado, y que Portugal supere a Georgia y Turquía, a República Checa. Si alguno de esos cuatro resultados no se da, los croatas quedarán eliminados.
Es difícil encontrar las palabras para describir cómo uno se siente cuando pierde de esta manera», apenas pudo explicar Modric, que vivió una tarde de locos.